Esta obra es un homenaje a Jack Kerouac, celebrando su profunda influencia en el arte de la prosa y la inspiración que aportó a innumerables artistas y buscadores de la libertad. «En el camino» me enseñó que la esencia de la vida está en el movimiento, la búsqueda perpetua de un sentido en lo pasajero. Es un recordatorio de que cada milla recorrida, cada persona conocida y cada historia compartida es un hilo en el tapiz de la existencia. En el latido del motor y el susurro del viento, oigo la llamada a seguir avanzando, a seguir explorando y viviendo.
Y así, con las palabras de Kerouac como brújula, abrazo el viaje. El camino se extiende infinitamente y yo, como Sal y Dean, estoy siempre en la cúspide de una nueva aventura. En este mundo vasto, bello e impredecible, la novela sigue siendo una fiel compañera que me guía a través de los paisajes del mundo exterior y de los reinos interiores de mi alma.